A lo largo de estas semanas habéis notado que no paso tanto
tiempo por aquí como debería, pero es que estas no han sido demasiado buenas fechas.
Hace un año que la luz de mi vida, mi marido se apagó para siempre, y no
termino de acostumbrarme a todo esta falta. A la necesidad de tenerle, de
sentirle, cerca y no poder hacerlo, no porque no quiera, sino porque es
imposible.
Estábamos muy unidos, en nuestra vida cotidiana (los que nos conocéis personalmente lo sabéis) y en nuestras ilusiones, nuestras esperanzas, nuestros sueños...y ahora hay dais en los que me siento vacía, perdida, sin mi mitad, la que más me complementa.
Estábamos muy unidos, en nuestra vida cotidiana (los que nos conocéis personalmente lo sabéis) y en nuestras ilusiones, nuestras esperanzas, nuestros sueños...y ahora hay dais en los que me siento vacía, perdida, sin mi mitad, la que más me complementa.
Es verdad que tengo dos hijas pequeñas,
que son su mejor regalo y su mejor ancla hacia la vida, porque por ellas me
levanto cada mañana e intento que cada día sean un poquito más felices que el día
anterior, a veces no resulta fácil. De hecho, a menudo es muy complicado pero
vamos dando pasitos poco a poco.
No tengo la intención de aburriros con mis penas,
con mis tristezas, solamente quería daros las gracias por estar siempre al otro
lado del monitor, y a los que estáis cerca, por estar aquí a mi lado dándome
ese empujoncito para seguir para adelante, porque a veces el camino es empinado
y la cuesta muy pronunciada.
Quisiera también deciros que
intentare que no haya más ausencias, que voy a intentar seguir con Yaicla para adelante,
porque es una de mis ilusiones y porque también lo era de mi marido. Él, Joserra,
siempre estaba detrás para darme ese empujoncito y admirar mi trabajo, y sé que
si todo esto llegase a desparecer a él no le gustaría, porque siempre pensaba
que tenía magia en mis manos para crear.
Siempre me decía, “tienes manos mágicas”, y yo me reía él me sonreía....ahora quiero que esa pena se convierta en inspiración y que sea al recordar su sonrisa la que me haga tirar para adelante y darle un empujoncito a Yaicla.
Gracias a todos por seguir ahí y
a todos los que cada día ponéis un pedacito de vuestra confianza en mí trabajo
y contáis conmigo.
Un besazo enorme a todos, espero no volver a ausentarme, teneros al día, a continuar con el blog, con el trabajo y sobre todo, no defraudaros.
Ánimo, en estos momentos tan duros, por tus niñas el día a día merece la pena. Besos.
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