Un niño que viene de un lejano planeta llega a la tierra,
aquí se encuentra con un aviador en mitad del desierto porque su avión ha
tenido un fallo mecánico.
A lo largo de la charla que hay entre los dos, el principito
le va narrando al aviador su periplo por el espacio y la vista de los planetas
que ha ido visitando. A lo largo de su deambular se encuentra con monarcas absolutos,
con hombres vanidosos, Con hombres obsesionados con ser los más poderos, con
planetas extremadamente pequeños o extremadamente grandes…
.
El narrador del libro es el aviador, y se cree que son micro
relatos autobiográficos del autor del libro, ya que Antoine de Saint-Exupéry, fue
aviador durante la segunda guerra mundial en la zona del Sahara.
Pero este libro escrito para niños va mas allá porque tiene
cierto matiz filosófico y toca temas muy profundos, temas sobre la vida, sobre
la naturaleza del ser humano, sobre la amistad…Dentro del libro podemos
encontrar enseñanzas que en esta era moderna o bien damos por hecho, o
simplemente las ignoramos,..
Personalmente me encanta la que nos dice que “lo esencial es
invisible a los ojos”. Lo verdaderamente valioso no lo podemos tocar, no lo
podemos valorar, lo que más vale para nosotros nunca tendrá un precio material
y que podamos pagar con dinero.
Todos los personajes que aparecen en el libro (el zorro, los
volcanes, el cordero, el aviador….) son en su medida u entrañables pero si para
mi uno destaca en especial es la rosa. La que pone de manifiesto todo el amor
del principito. Es una metáfora de la mujer a la que ama, es la única que ha
florecido y que perdura sobre todas las demás y esto la hace única, distinta, diferente…Además
hay que mimarla y cuidarla, porque es tierna, delicada …frágil….
El Principito, vive en su planeta que es su yo interior, su
propia vida, y podemos entender que los planetas que visita en realidad son las
demás personas que conviven con él y que le muestran la realidad que tiene
junto a él.
Pero para mí es un personaje especial, es un niño que quiere
crecer que todavía tiene mucho por vivir
y por experimentar, aunque tiene mucho que enseñar porque demasiadas
veces los adultos no nos damos cuenta de lo
complejo y enriquecedor que es el mundo de nuestros pequeños. A menudo,
se nos olvida que nosotros también fuimos niños y que éramos felices hablando
y riendo con nuestros juguetes,
simplemente así. Esa es la base de toda la felicidad, a veces complicamos el
mundo más de lo que es necesario.
Todo esto que el libro nos narra, o al menos lo que a mí me
ha enseñado lo he querido plasmar en un trabajo realizado con hilo de aluminio,
una ilustración sacada de la red del
Principito y trabajado el papel con barniz especial, y como no la rosa del
principito también en papel y unas bolitas de swarosky.
Pero nada tan especial
como el propio libro.
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