Hemos empezado la nueva temporada de novias y revisando fotos me he dado cuenta de que nos habíamos dejado en el tintero a Eider, la novia con la que el año pasado cerramos la temporada.
Eider se casó el pasado septiembre, y quiso contar conmigo para que le
realizase el tocado en ese día tan especial.
La verdad es que Eider y yo, ya nos conocíamos de tiempo atrás. Nuestra
amistad comenzó cuando su marido y el mío entrenaban y jugaban en el mismo
equipo de fútbol. Así que domingo a domingo o sábado a sábado nuestra amistad
fue creciendo y forjándose, entre gritos de ánimo a nuestros chicos, historias
de balón y, por supuesto, algún que otro cotilleo no relacionado con el fútbol.
Y aún hoy sigue, porque hemos reído juntas, y disfrutado de esos días de fútbol
y también han llorado conmigo cuando mi marido falleció. Porque no voy a poder
olvidar nunca esos ratos tan hermosos que hemos compartido y tampoco el día que
vino a abrazarme con los ojos inundados en lágrimas y el corazón lleno de pena
para acompañarme en mi dolor, en mi angustia y en mi tristeza eterna.
Cuando Eider hablo conmigo para contarme que por fin habían decidido casarse,
que me había elegido para diseñar su tocado me lleve doble alegría, pero
también como me conoce y sabe que me gustan los retos creativos, me propuso uno
y fuerte.
Para su día especial quería una doble diadema flexible y con tonos leves de rosa
porque su vestido así los llevaba.
Uff! la verdad es que sí que me lo puso difícil, doble reto, no
decepcionar a una amiga y no decepcionar a una amiga que ha contado contigo
para el día de su boda.
Tras darle muchas vueltas a su propuesta un día las musas decidieron venir a
visitarme, saqué los alambres, los cristalitos de swarosky agujas y demás
entretelas para ponerme a crear. Fui dejándome llevar por todos aquellos ratos que hemos compartido juntas,
por nuestras risas ahora casi desvanecidas, por nuestros sueños. Y sobre todo
por ella, por su personalidad y por sus gustos.
Había momentos en que estaba ansiosa por terminar el trabajo, por poder
contemplar los deseos y los sueños cumplidos,
pero sabía que entonces, llegado ese momento tendría que comenzar una leve “desesperación”,
las dudas y preguntas comenzarían a asaltarme ¿le habrá gustado?¿será lo que
ella buscaba?¿habré acertado con el diseño? Las dudas normales que siempre me absorben
después de terminar un trabajo hasta que lo veo entregado y puesto.
A veces, a modo de confesión pública con vosotros, lo veo y digo ¿eso lo he
hecho yo?, nunca me hubiese imaginado que mis manos creasen cosas tan hermosas,
que cuando trabajan cas van solas guiadas por mi mente y traducen unas ideas,
unos reflejos de bocetos en algo material y hermoso.
Os deseo la mayor felicidad del mundo!
Seguro que está encantada porque es una maravilla, y más sabiendo que está hecha con el corazón! Muchos besinos guapa!
ResponderEliminarImpresionante!!! Nos gusta un montón.
ResponderEliminarSaludos